David deseó entonces, y dijo: ¡Quién me diera de beber de las aguas del pozo de Belén, que está a la puerta! 1 Crónicas 11.17
¿Alguna vez desearon volver a experimentar algo de su infancia? Algunas personas vivieron en lugares agradables un campo con mucha vegetación, un lugar donde tenían muchos amigos, un hogar que tenía buenos vínculos familiares y muchas otras cosas sin embargo, sé que muchos pasaron duros momentos en su infancia (todos en algún momento, aunque unos más que otros) pero a pesar de ellos hay algo que les gustaría volver a vivir.
Recuerdo cuando mis padres nos llevaban a casa de mis abuelos a mí y a mis hermanas, mi abuelo vivía en una comunidad llamada Hato del Padre de San Juan de la Maguana, como es una zona agrícola tienen muchos canales de riego para regar las tierras de los agricultores.
Donde mis abuelos vivían había un canal grande, realmente parecía una parte de un río, cada vez que iba me encantaba ir a bañarme allí, me gustaba andar con mis primas y primos. Muchas veces temprano en la mañana todos queríamos buscar agua, para aprovechar y durar largas horas jugando y bañándonos en el canal entre las risas y el juego de la inocencia de nosotros era algo bastante agradable y hermoso, de hecho recordar esos días da nostalgia. Ahora no estoy cerca de aquel lugar, pero de vez en cuando lo extraño mucho.
El salmista David cuando era pastor de ovejas desde su niñez también tuvo esos momentos felices llevando sus ovejas a darle el pasto, o tal vez darles agua en riachuelos y el bañarse en ellos, quizás en soledad debajo de algún árbol entonar una alabanza al Señor o beber la aguas del pozo de belén.
David de crió en una pequeña aldea de Judá llamada Belén, fue allí donde el profeta Samuel le ungió como rey de Israel. Para David establecer su reinado paso por muchas dificultades y persecuciones, sin embargo estaba rodeado de hombres valientes y fieles, después que David fue proclamado rey y haber conquistado la fortaleza de Sion ciudad de David (1 Crónicas 11.6), dice la palabra que el estaba en la fortaleza, en aquel lugar habían guardias de los filisteos.
Estando en aquel lugar el extraño algo de su querida Belén de Judea, deseo beber agua de un pozo. Pensemos que ya David es el rey tiene una posición alta, ya no es el niño que anda correteando tras una oveja, a pesar de que era el niño del que aun su padre se había olvidado presentar a Samuel (cuando vino a ungir al rey, Isaí su padre cuando presento sus hijos la palabra dice que el santifico a Isaí y sus hijos, pero David no estaba), él ahora es el hombre mas importante de la nación.
Muchas veces cuando Dios nos lleva a una posición mas alta, nos olvidamos del lugar de donde salimos, David siendo rey tenia muchas vasijas en donde beber la mejor agua del país, sin embargo para David en ese momento la mejor agua era la que le recordaba su niñez en Belén. Uno de esos hombre valientes de David arriesgaron su vida para buscarle esa agua a David, el no quiso tomarla porque ellos arriesgaron sus vidas. Si hubiera sido otro rey el mismo mandaría a buscarla sin embargo, David era humilde.
Y ¿Qué es ser humilde? Una persona es humilde cuando no he alarde de sus atributos o sus virtudes con el fin de humillar a otros o vanagloriarse, a pesar de que era el rey tal vez deseaba volver a ser aquel sencillo pastor de Belén.
Por otro lado, nos ha pasado que al estar en una posición alta por causa de las muchas responsabilidades que esta conlleva, nos agobiamos tanto que desearíamos volver a la posición mas sencilla y fácil que teníamos. He escuchado a muchos lideres y pastores decir; desearía ser un miembro normal otra vez, porque no es tan fácil como pareciera ser pastor o líder, mas Dios que le ha llamado el también le dará la fuerza para seguir avanzando firme y también le ayudará a que a pesar del cargo importante que este tenga, se mantenga humilde y manso como el Maestro.
Cuando pensemos en nuestro pasado no lo hagamos con el fin de retroceder sino, con el fin de recordar los mejores momentos con gozo y alegría. Cuando veamos cuanto hemos crecido recordemos de donde vinimos y donde Dios nos ha puesto para glorificar su nombre y ser como él, maso y humilde de corazón.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mateo 11.29