Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5.7
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Lectura Bíblica: Filipenses 4.1-7
Hoy en día esta de moda hablar de la depresión, los centros de psicología y psiquiatría esta llenos de personas deprimidas, han sido muchos los que se han suicidado por causa de la depresión.
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento de animo, baja autoestima y pérdida de interés por las cosa, también significa opresión. En la biblia no se encuentra la palabra depresión dicha de esa forma sino mas bien “aflicción” y tristeza, según estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud en el año 2020 , las enfermedades mentales forman el 15% de los años de vida perdida por discapacidad, entre las cuales esta la depresión.
La biblia dice que la tristeza del mundo produce muerte (2 Corintios 7.10) las personas principalmente las mujeres tienden a entrar en una profunda tristeza causada por el ambiente que les rodea, las falsas amistades, el desprecio del esposo, los problemas familiares, el desempleo, cuidado del hogar y un sin numero de cosas cuya carga lleva la mujer.
A pesar de que el mundo da soluciones humanas realmente no se están viendo cambios significativos, los verdaderos cambios vienen cuando hay una liberación, el mundo entero esta bajo el maligno y solo el Señor Jesucristo pueda poner en libertad a los oprimidos. El mundo no entiende que es algo espiritual y que las cosas espirituales han de discernirse espiritualmente.
Nosotras somos diferentes porque el Espíritu de Dios habita en nosotras, no hay cabida para la depresión en un corazón restaurado por Dios, pero a pesar de eso no estamos exentas de que la tristeza nos quiera embargar el problema es cuando nosotras se lo permitimos. Por el dolor del corazón el espíritu de las personas es abitado (Proverbios 15. 13), cuando mi esposo me habla exasperadamente, yo puedo decidir responder bruscamente o quedarme cayada, sin embargo si decido quedarme cayada (que seria lo correcto) hay dos posibles cosas que sucedan, puedo guardar el enojo y el rencor por la forma de mi esposo o puedo ir a la presencia de Dios a soltarlo todo.
El salmista David estaba en un momento de profunda tristeza y fue a expresarle al Señor todo lo que había en su espíritu abatido, nosotras también hemos sentido que se consumieron nuestras fuerzas y solo una almohada se da cuenta de nuestra agonía, hay momentos que tenemos una profunda tristeza que si alguien nos pregunta si pasa algo, no nos sales palabras pero las lagrimas no se pueden contener.
Es momento de permitirle a Dios que liberte nuestro espíritu abatido, oremos para que Dios nos de un corazón y un espíritu alegre, el corazón alegre es un buen remedio y el espíritu triste seca los huesos es decir, trae la muerte (Proverbios 17. 22).
Mostremos una sonrisa a nuestros hijos y a nuestros esposo, que tus hijos recuerden no a una madre que sufría demasiado sino una madre alegre, que tu esposo vea una mujer victoriosa que a pesar de todas las dificultades que el le ha hecho pasar sigue a delante.
Trae a Dios tu lagrimas y tus penas, trae delante de el toda tristeza, pídele al Señor que te de el gozo que el mundo no puede darte y al igual que el salmista el te escuchara.
Texto para memorizar:
Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5.7