Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Salmos 23.5
Escuchar Audio: 40 días para salvar tu matrimonio
Lectura Bíblica: 2 Reyes 4.1-7
Amada mujer, ¿Hasta que nivel llenaras tu copa? hay tanto aceite que faltaran vasijas, deja que tu copa rebose, cuando aquella viuda se acerco al profeta Elíseo para que este le ayudara con sus acreedores, este le pregunto a la viuda que qué tenia en su casa, ¿Que tienes en tu casa mujer? aquella viuda tenia un poco de aceite en una vasija, ella pensaba que no tenia nada, pero Dios es experto poniendo donde no hay.
En este día mujer quiero pregunta ¿Qué tienes en tu casa? ¿Hay un poco de fe allí? el es un experto multiplicando, Dios necesita las vasijas de nuestros corazones para llenarlos de aceite, de su Santo Espíritu, para esa viuda lo que tenia no servia para pagar a sus acreedores pero Dios no pide mas de lo que podamos dar, el te dice hoy dame lo que tienes en tu casa, yo lo multiplicare.
Así como aquella mujer busco las vasijas de sus vecinos prestado, nosotras también busquemos las vasijas de nuestro esposo, la de nuestro hijos, la de los familiares, la de amigos, vecinos, busquemos para vasijas para llenar, hay aceite suficiente. Enciérrate con esposo y tus hijos en tu casa, comiencen a llenar sus vasijas de Dios, esos corazones necesitan el remedio para la ansiedad, esos corazón necesitan recobrar fuerzas, esos corazones necesitan de Dios.
Dios no esta pidiendo mas de lo que tienes, el esta pidiendo lo que tienes en tu casa, ¿Y si no tengo nada? podrías decir esta bien, si lo que tienes esta vacío tráelo así, el lo llenara, el pondrá en esas vasijas el aceite fresco y aumentara sus fuerzas como las fuerzas del búfalo (Salmos 92.10).
Pidamos al Señor que nos llene de su aceite fresco, que llene nuestro hogar de su Santa unción, vengamos a la mesa que el ha preparado para nosotras, veamos la victoria que el nos entregará aun en presencia de nuestros angustiadores, permitamos que el señor llene nuestra como con aceite hasta que rebose.
Texto para memorizar;
En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza.
Eclesiastés 9.8