Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Santiago 1.19-20
Estudio especialmente para hombre
Lectura Bíblica: 1.19-27
Dicen que a las mujeres le entra el amor por los oídos, unas palabras dulces y delicada son gratas a su corazón, sin embargo ¿Qué efecto tendrían las palabras ásperas y llenas de ira?¿Qué efecto tendrían en tu esposa? Así como las palabra dulces la hacen amarte, las palabras airadas la hacen desencantarse.
La palabra del Señor dice que todo hombre se pronto para oír, las mujeres por lo general hablan muchísimo, ellas necesitan expresar cada detalle de las cosas porque sienten que los detalles harán que la otra persona las comprende mejor, sin embargo los hombre siempre quieren ir al punto sin muchos rodeos, el problema es que tu esposa no es un hombre ella tiene la necesidad de tu sacrifique un momento de tu tiempo para ella expresarse, necesita que seas pronto para oírla.
La empatía, es el don de ponerse en el lugar del otro y sentir lo que siente el otro, ¿Te has puesto en el lugar de tu esposa cuando le hablas con rudeza y necedad? ¿Has intentado sentir lo que ella siente? La frase ponte en mi lugar esta de moda, todos quieren que otros se ponga en su lugar, pero es momento de ver al otro lado y decir; me pondré en su lugar.
Antes querías escuchar lo que ella quería decirte cuando era tu novia o mas aun cuando intentabas conquistarla, pensabas que no podrías vivir sin ella, pero ahora ella cambio.Tu esposa no ha cambiado, tu la cambiaste. Ella era como un jardín donde sembrabas amor y recibías frutos de amor, donde sembrabas paz y recibías paz.
La palabra de Dios no se equivoca el hombre cosecha lo que siembra, comenzaste a sembrar ira, enojo, pleitos, engaño, adulterio, fornicaciones, mentiras y esperabas recibir amor, lo siento el amor no crece en todos los arboles.
El día de hoy medita en la forma de hablarle a tu esposa, aunque pienses que ella no lo merezca, recuerda que tu no merecías salvación y Cristo murió por ti, el Señor te manda a amar a tu esposa como Cristo ama a su iglesia, de tal manera que se entrego a si mismo por ella, pídele perdón a tu esposa por todas las palabras ofensivas que salieron algún día de tu boca y dile cuanto lamentas haberlas dicho.
Oremos hoy para que el Señor haga en ti un hombre paciente, que seas pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarte, recuerda que el la ira del hombre no mora la justicia de Dios.
Texto para memorizar:
El hombre iracundo promueve contiendas; mas el que tarda en airase apacigua la rencilla.
Proverbios 15.1