El corazón alegre hermosea el rostro… Proverbios 15.13
Escuchar Audio: 40 días para salvar tu matrimonio
Lectura Bíblica: Salmos 126.1-6
¿Recuerdas cuando tu esposo era tu novio?, en verdad era como un sueño, cerrabas los ojos y pensabas en ese maravilloso hombre, temblabas con pensar que el vendría y le mirarías, delante de el sacabas tu mejor sonrisa porque le querías impresionar disimuladamente, todos sabían que estabas enamorada por ese brillo que lucían tus ojos llenos de gozo y alegría.
A pasado un tiempo, te haz casado y lo que pensaste que seria felices por siempre, de repente se lleno de dolor y tristeza, ¿Qué pasó? ¿Cuándo cambiamos tanto? ¿Cuándo llegue a este desierto? es duro ver la realidad en que se encuentra tu matrimonio que estaba lleno de expectativas e ilusiones, es verdad ¿Cómo puedes sonreír cuando sientes que tu mundo se derriba?, el pueblo de Israel también tuvo un principio lleno de gloria, recibió una herencia de una tierra que manaba leche y miel, tenia la alegría y el gozo de los que están de boda, pero todo su mundo también se vino encima y fueron levados cautivos.
Ellos anhelaban volver a Sion, soñaban con ese hermoso momento. ¿Has soñado con volver a ver florecer tu matrimonio? ¿Has anhelado que Dios haga un cambio en sus vidas? El puedo de Israel lo soñaba, decían; Ha! Seremos como los que sueñas, seremos tan felices que pensaremos que es un sueño. Aun en la cautividad que se encontraban sabían que volverían a Sonreír, que le entonarían una alabanza a su Dios por darle el goza que le habían quitado.
Amada hermana, tu también alaba a Dios, llénate de alegría y regocijo con las cosas que Dios hará en ti, que todo el que te vea pueda decir: grandes cosas ha hecho Dios con esta mujer. y que tu lo puedas sentir, que aunque hallas sido despreciada y desechada Dios te hará segar con regocijo lo que has sembrado con tus lagrimas.
Regala a tu esposo una sonrisa como la que le solías dar al principio, ¿Qué el no lo merece? descuida, tu tampoco mereces la gracia de Dios y el te la ha dado, así como saludas amablemente a tus amigos y familiares, así como saludas con una sonrisa a un desconocido, también sonríe para tus hijos, también sonríe para tu marido. Que cuando tu esposo te vea sonreír le parezcas extraña, porque aunque el no te ha dado motivos tienes el gozo del Señor que es tu fortaleza.
Oremos al Señor en este día para que nos haga volver de esa cautividad en la que hemos estado viviendo, oremos para Dios nos haga verdaderamente libre de toda tristeza y agonía, que podamos sentir una alegría plena y podamos sonreír otra vez, entonemos a Dios una alabanza y llenemos nuestro corazón de regocijo en su presencia.
Texto para memorizar:
Grandes cosa ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres.
Salmos 126.3