Pero pida con fe no dudando en nada… Santiago 1.5
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Lectura Bíblica: Santiago 1.2-11
Cuando nos acercamos a Dios lo único que se nos pide es que creamos que él esta y que galardonador de todo aquel que le busca (Hebreos 11.6), venimos delante de su presencia confiando que el nos oye y sé que es por eso que emprendimos este camino, pero a medida que trascurre el tiempo comenzamos a fallarle a Dios, dudando.
Ya hemos hablado de ser paciente, pero la verdad es que no es fácil esperar. Si nos decidimos a esperar la obra de Dios en la vida de nuestro esposo, y ya hemos esperado mucho (Según entendemos nosotras) es posible que al no ver resultado inmediatos de cambios significativos en nuestro esposo empecemos a desistir y querer soltarlo todo de una buena vez. Ese es el problema, después de haber luchado y orado tanto, abandonarlo todo cuando estamos cerca de recibir la promesa.
La palabra dice que la paciencia debe tener su obra completa par que no nos falte nada, que la paciencia que has tenido hasta ahora no la abandones. Si ya no tienes deseos de seguir y te has cansado de luchar, si no sabes que mas vas a hacer para que tu vida matrimonial sea restaurada, si no tienes esa sabiduría entonces pídesela a Dios, el te dará de su sabiduría abundantemente y sin reprocharte nada, porque el te comprende.
Cuando ponemos nuestra petición delante de Dios y no esperamos que el nos responda estamos dudando, y la duda es una de las mayores ofensas que le podemos hacer al Señor. Cuando permitimos que la duda embargue nuestro corazón y nuestra mente es como si preguntáramos ¿
Tendrá solución? ¿Tiene Dios el poder para hacerlo? ¿Podrá el ayudarme? ¿Podrá transformar la vida de mi esposo?
Es dificil seguir cuando lo unico que recibimos es maltrato y desilusiones, pero la palabra del Señor nos dice que si dudamos no podemos recibir nada del Señor, témpanos que ser constantes en todo momento y evitar el doble ánimo. No es fácil pero debemos persistir, el Señor te dice hoy no temas, cree solamente (Marcos 5.36).
Así como Abraham no dudó ni tuvo incredulidad en la promesa de Dios. Hagamos lo mismo nosotras, no dudemos de lo que Dios puede y va a hacer.
Oremos al Señor para que seamos fortalecidas en la fe y le demos gloria a Dios creyendo que el lo hará, que estemos plenamente convencidas de él, del poder del Señor para hacer todo lo que nos ha prometidos recuerda que la palabra del Señor dice: y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros (Efesios 3.20) Así que, nosotras tenemos el trabajo de creer solamente.
Texto para memorizar:
Jesús dijo: si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Marcos 9.23