Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. Eclesiastés 3.15
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Cuando tomamos la importante decisión de casarnos y comprometernos primero con Dios y luego con una persona, hacemos un pacto delante de Dios y de los hombres de estar con nuestra pareja en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe, ser fiel.
La infidelidad es la falta de cumplir con el compromiso de ser fiel hasta que la muerte los separe. La infidelidad es la mayor traición que puede sentir una mujer, pues cuando se le es infiel no culpa a su esposo, sino que también se culpa ella. Lo primero que le llega a la mente ¿Por qué lo hizo? y ella misma comienza dar respuestas piensa que fue por su condición física, que no hacia las cosas bien y un inmenso etcétera de culpabilidad que la embarga y la lleva a una gran depresión.
Sin embargo, es bueno comprender y sacar de la mente esa culpabilidad, al igual que Dios le dijo a Cain que el pecado esta a la puerta así es en este caso, el pecado de adulterio esta a la puerta, existen mujeres que por mas hermoso que se vistas y por mejor cuerpo que tenga su esposo le es infiel ¿Por qué? Porque el pecado esta a la puerta. Es la persona que decide caer o no en el pecado.
Hoy en día existe una ola muy grande de hogares destruidos por causa del adulterio, y muchas personas sin esperanzas ni deseos de seguir adelante, después de una infidelidad, sin saber que momentos tal difíciles como esos el Señor espera escuchar su voz, la palabra dice: ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. Santiago 5:13, en esos momentos tal difíciles Dios quiere estar ahí para ti, el quiere ser tu consuelo en la aflicción.
Muchas personas desean ser escuchados, que alguien les de un consejo, una salida, un consuelo. te sientes devastada y sin ganas de seguir. Dios quiere reconstruir tus pedazos, lo poco que ha quedado de ti entrégalo a Él, el anhela consolarte, el anhela escucharte, el anhela darte el consuelo en medio de tu aflicción. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en el esperaré.Lamentaciones 3.24
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